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¿Verdadero o falso? (respuestas al final)
El robo del Museo Isabella Stewart Gardner ocurrió en el año 1990.
Los ladrones entraron al museo disfrazados de bomberos.
Entre las obras robadas había pinturas de Rembrandt y Vermeer.
El valor total del botín fue de unos cinco millones de dólares.
Las paredes donde estaban las pinturas robadas se mantienen vacías en el museo.
Las obras fueron recuperadas por el FBI pocos meses después del robo.
Respuestas
Verdadera
Falsa (entraron disfrazados de policías, no de bomberos)
Verdadera
Falsa (el botín se valoró en unos 500 millones de dólares)
Verdadera
Falsa (las obras nunca fueron recuperadas)
El misterioso robo del Museo Isabella Stewart Gardner
En la madrugada del 18 de marzo de 1990, el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston fue escenario del robo de arte más famoso y costoso de la historia. Dos hombres disfrazados de policías engañaron a los guardias del museo diciendo que respondían a una emergencia. Una vez dentro, ataron a los vigilantes y pasaron más de una hora robando trece obras de arte de valor incalculable.
Entre las piezas robadas se encontraban pinturas de Rembrandt, Vermeer, Degas y Manet, junto con un pequeño águila de bronce que decoraba una bandera napoleónica. Se calcula que el valor total del botín supera los 500 millones de dólares, y hasta hoy ninguna de las obras ha sido recuperada.
Durante años, el FBI investigó a ladrones profesionales, coleccionistas y mafiosos, pero nunca se encontraron pruebas definitivas. Algunos creen que las obras fueron vendidas en el mercado negro, mientras que otros piensan que permanecen ocultas en algún lugar privado. El misterio creció aún más cuando los posibles sospechosos murieron sin revelar información.
Lo más sorprendente es que, por deseo de la fundadora, las paredes vacías donde estaban las pinturas siguen intactas, mostrando solo los marcos originales. El museo mantiene así un homenaje silencioso al arte perdido y a uno de los mayores enigmas del mundo cultural.
Más de treinta años después, el robo sigue sin resolverse y continúa despertando el interés de investigadores, periodistas y amantes del arte. La historia del Museo Gardner recuerda que, a veces, el arte puede ser tan misterioso fuera de las galerías como dentro de ellas.